Alemania analizará si hubo violencia en el ‘procés’ para poder extraditar a Puigdemont

Alemania analizará si hubo violencia en el ‘procés’ para poder extraditar a Puigdemont

Se busca también si el delito de rebelión en España tiene su similar en el Código Penal germano.
Mientras transcurren los días hasta que se decida si se entrega o no a Puigdemont a la justicia española, numerosos juristas y expertos alemanes buscan similitudes entre ambas legislaciones, así como si hay fundamentos que respalden la extradición por los graves delitos de que se le acusa. Así, en el artículo 81 del Código Penal germano se tipifica el delito de alta traición, que es el que tiene mayor parecido con el de rebelión, pero para ello debe existir “violencia o amenaza de violencia”, y la cuestión es si el ex president ejerció esta durante el procés.
Para algunos expertos, como Christoph Safferling, de la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nürberg, “Puigdemont no ha usado la violencia ni ha amenazado mi ha llamado a la violencia. Esto pone en duda que se pueda aplicar el artículo de alta traición”. “Será muy difícil de probar en el caso de Puigdemont”. En ese mismo sentido se ha manifestado Nikolaos Gazeas, catedrático alemán de derecho penal, que entiende que el ex president “no ha empleado la fuerza en relación con los esfuerzos independentistas en Cataluña. Aquí no estamos tratando con un terrorista, sino con un político que ha sido legitimado por unas elecciones democráticas libres y, sobre todo, ha recurrido a medios pacíficos”.

El juez Llarena argumenta en el auto los hechos sucedidos el 20 y el 28 de septiembre.
Según el auto de procesamiento del magistrado, existen “un riesgo de que las movilizaciones futuras desembocaran en una violencia instrumentalizada para lograr la independencia” en relación a los hechos ocurridos cuando miles de personas rodearon el edificio de la consejería de Economía el 20 de septiembre durante un registro de la comisión judicial. Igualmente, para el juez es fundamental la reunión celebrada el 28 de septiembre entre los mandos de los Mossos d’Esquadra, Puigdemont, Junqueras y Forn, en la que la policía autonómica advertía de la escalada de violencia y del riesgo que suponía celebrar el referéndum ilegal del 1 octubre, por lo que Llarena entiende que la cúpula secesionista utilizó a la población como una fuerza para validar la independencia de forma violenta.
Para Martin Heger, catedrático de derecho penal europeo de la Universidad Humboldt de Berlín, “Alemania tiene que entregar a Puigdemont”, al entender que es posible aplicar el delito de alta traición porque “la violencia no requiere violencia física”. A ello se une que es más factible la extradición del dirigente catalán mediante el delito de malversación de fondos, según la mayoría de los juristas y del propio Heger, puesto que en Alemania, tipificado como “infidelidad”, también es perseguido, aunque con una pena mucho menor que por el delito de rebelión. Para el catedrático “la apropiación indebida de fondos públicos también es punible para nosotros. Entonces está claro: Alemania tiene que entregar a Puigdemont. Y generalmente dentro de los 60 días establecidos”. Además, “las autoridades judiciales locales”, prosigue Heger, “sólo verifican sí se han cumplido los requisitos formales, si el acto en cuestión es punible por nosotros y si la persona buscada está acusada de ello”. No se trata de que la fiscalía alemana juzgue al ex president, sino sólo comprobar si hay similitud entre ambos códigos penales.

Politización de la justicia
Ahora se abre en Alemania otro debate y es si se está politizando la justicia, es decir, se está tratando de resolver un problema político a través de la justicia en España. En opinión de Heribert Prantl, experto en derecho, “Alemania no puede participar en las disputas domésticas de España. La justicia alemana no debe convertirse en la herramienta política del gobierno español”, y Gazeas se cuestiona “España no está tratando resolver un conflicto político interno por la fuerza sobre la orden de arresto europea”, a la vez que pone en tela de juicio que Puigdemont vaya gozar de un juicio justo en España, indicando que el político catalán podría invocar la objeción de persecución política o pedir asilo, como defiende Jakob Augstein, periodista, quien además dice que “la detención de Puigdemont es una vergüenza. Para España. Para Europa. Para Alemania”.

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