“Alejandro Otero Fernández”, por Alfredo Liébana Collado.

Alfredo Liébana Collado.

 

Alejandro Otero Fernández fue un reconocido ginecólogo y profesor universitario que tuvo un compromiso político ciudadano con la República y el PSOE, lo que le hizo participar en todas las vicisitudes de la política española de la época y que al final de la guerra civil, tras un período en Francia, terminó exiliado en México, desarrollando allí una labor profesional de gran éxito.

Primeros años de estudio

Nace en Redondela (Pontevedra) en 1888, donde estudia Medicina, siguiendo la tradición familiar, en la Universidad de Santiago de Compostela, especializándose en Ginecología y Obstetricia, obteniendo premio extraordinario fin de carrera, tras un breve período como profesor auxiliar en Madrid, siendo discípulo de Manuel Varela Radío, se doctora en 1911.

Entre 1911 y 1913 realiza una formación pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios en Berlín, Freiburg, Munich y Viena donde se especializa en el estudio del desarrollo del cáncer de útero.

Responsabilidades universitarias

En 1914 obtiene la Cátedra de Ginecología y Obstetricia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, siendo elegido rector de la Universidad (1932-1933), y desde su cátedra impulsa la creación del Nuevo Hospital Clínico, la construcción de la Facultad de Medicina y el Albergue Universitario de Sierra Nevada, entre otras iniciativas. Entre sus mayores éxitos en la ciudad queda el Sanatorio Nuestra Señora de la Salud, de carácter privado, el Patronato Popular Antituberculoso y el Sanatorio Antituberculoso de la Alfaguara, la innovación tecnológica en el tratamiento de enfermedades tumorales; con su magisterio formó varias generaciones de ginecólogos que desarrollaron su trabajo en Granada. Participó además como consejero en la Caja de Previsión Social de Andalucía Oriental.

 

 

Compromiso político con el socialismo

Alejandro Otero, tras la caída de la dictadura de Primo de Rivera, participa intensamente en política, siendo concejal del Ayuntamiento de Granada en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, y resultando elegido diputado del PSOE por Granada-provincia y por Pontevedra en las elecciones generales de 1931, pero renunciando al acta de la primera circunscripción. Su participación en los debates y en las votaciones parlamentarias fue escasa al desempeñar las funciones de rector.

 

 

Representó a los socialistas en los Congresos por las AS de Lavadores (Pontevedra) y Loja (Granada) en el Congreso Extraordinario del PSOE en 1931 y a la AS de Granada en el XIII Congreso del PSOE en 1932.

Dimitió como rector para presentarse a las elecciones de nuevo por Pontevedra en 1933 por las listas del partido socialista, no saliendo elegido. Alejandro Otero fue Presidente de la Federación Socialista Provincial de Granada, pero como resultado de los sucesos revolucionarios de octubre de 1934, pasa dos meses en la cárcel. En abril de 1936 fue elegido compromisario del PSOE por Granada para la elección de Manuel Azaña como Presidente de la República.

Durante el transcurso de la guerra civil fue miembro de la Comisión de Compras en el Extranjero desde la Embajada de España en París, siendo presidente de la Subsecretaría de Armamento y Municiones constituida por Indalecio Prieto en diciembre de 1936. En septiembre de 1938 fue elegido vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del PSOE.

Alejandro Otero consiguió escapar de la represión en el inicio de la guerra civil, pero sus bienes, tanto en Granada como en Redondela, serían incautados por los militares sublevados, siendo juzgado en rebeldía, desposeído de su cátedra, además de inhabilitación y expatriación durante 15 años con una multa de un millón de pesetas.

 

 

Participación en la reorganización del socialismo en el exilio junto a su labor como médico y empresario

Consiguió llegar exiliado a México en marzo de 1940, pero el socialismo español al finalizar la guerra civil se había fragmentado en dos facciones: negrinistas y prietistas, agrupándose a su vez en dos asociaciones diferentes: el Círculo Jaime Vera y el Círculo Cultural Pablo Iglesias. Otero seguiría ejerciendo en la ejecutiva la vicepresidencia del PSOE (1938- 1945).

 

 

Alejandro Otero colaboró desde sus inicios con Indalecio Prieto en la Junta de Auxilio a los Refugiados Españoles (JARE), siendo nombrado director del Servicio Médico-Farmacéutico en 1940, valiéndose de la experiencia acumulada tanto en la Universidad como en la Caja de Previsión Social. Posteriormente Otero se centraría en la enseñanza práctica en el Hospital Español entre 1942 y 1947. Allí colaboraría en la creación de la Sociedad Mexicana de Ginecología y Obstetricia, auspiciando también la edición de la Revista Médica del Hospital Español y la formación de especialistas de alta cualificación, posteriormente constituiría la Benéfica Hispana, una sociedad mutualista que cubriría enfermedad, intervenciones quirúrgicas, partos, medicamentos y sepelio en caso de muerte a los exiliados sin recursos de forma gratuita. Perteneció a la Sociedad Mexicana de Obstetricia y Ginecología y fue jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Español.

Colaboró activamente con la Unión de Profesores Universitarios Españoles en el Exilio (UPUEE) que agruparía a los profesores republicanos exiliados. La Comisión Ejecutiva de esta organización sería presidida por Cándido Bolívar, y su vicepresidencia, en representación de los profesores de Medicina, estaría desempeñada por Alejandro Otero. Participaría muy activamente en la Junta Española de Liberación (JEL) firmando el Manifiesto de San Francisco (1945) donde se pedía el aislamiento de España por no ser una nación democrática.

Durante su estancia en México fue además un próspero empresario, estuvo vinculado a la radio y televisión mexicana que se convertiría posteriormente en la cadena Televisa y participó en diversos proyectos empresariales de signo muy variado y con bastante éxito.

 

 

Acumuló en su vida un importante fondo bibliográfico sobre su especialidad médica, que a su fallecimiento, fue donado a la Universidad de Granada, constituyéndose para su uso una fundación que fomenta la investigación con el nombre Otero-Chamorro, siendo este último uno de sus más brillantes discípulos exiliado en Francia.

 

 

Falleció en México el 26 de junio de 1953, asistiendo a su sepelio un gran parte de la colonia española del exilio.

Recientemente se le ha dado su nombre a una plaza en Redondela y a una calle en Granada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *