Contradiciendo a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, Alberto Garzón, ministro de Consumo, ha manifestado que el problema es la monarquía. Hacía referencia, no tanto a las supuestas irregularidades de Juan Carlos I, sino a que la institución monárquica no permite que se aparte del cargo a aquél que participa en prácticas corruptas.
Sánchez, la semana pasada, diferenció la situación del rey emérito de la figura del Jefe del Estado: “no se juzgan instituciones, sino a personas”.
Lo dicho por el también líder de Izquierda Unida se puede leer en su cuenta de Twitter. En una serie de mensajes, señala que “la clave no es si Juan Carlos es buena persona, sino cómo y, sobre todo, por qué pudo hacer lo que hizo”. Destacó: “instituciones, no personas”.
Así, explicó, “una democracia avanzada no pide a sus ciudadanos actos de fe para confiar en individuos supuestamente honestos y no corruptos. En su lugar, diseña instituciones para desincentivar y evitar la corrupción: elecciones, rendición de cuentas, transparencia, revocatorios…”.
Alberto Garzón pide que se pueda revocar del cargo a todo corrupto, sea quien sea
Siguiendo esa línea, reclamó la “tradición política republicana”, que “va más allá de la elección democrática del jefe del Estado”. En ese sentido, pide una democracia que no sólo exija “moralidad a los dirigentes y representantes públicos”. Más allá, que ponga a disposición “normas y reglas que impidan que cualquiera, por bueno que parezca al principio, pueda convertirse en corrupto”. Además, que “si llega al caso, que se le pueda revocar del cargo”.
Alberto Garzón indicó que “si en España tuviéramos un buen bloque de liberales políticos, éstos no tendrían inconveniente en aceptar estas tesis. Desgraciadamente, usan el nombre de liberales aquellos que no son sino aduladores monárquicos dedicados a construir defensas ad hoc de cualquier comportamiento”. No mencionó en concreto a ningún partido.
Después de conocer la decisión del rey Juan Carlos de abandonar España, el coordinador de Izquierda Unida exigió que se lo juzgara. Asimismo, que se encuentre a los “cómplices” de la “trama”. Un conglomerado que, en su opinión, “no pudo ser tejido y mantenido por una sola persona”.