Adiós, 2018, adiós

Adiós, 2018, adiós

Como cada 31 de diciembre, hacemos balance y nos proponemos objetivos para el año entrante.
Termina 2018 y le decimos adiós con la vista puesta en un 2019 incierto, aunque esperanzador. Y, como cada 31 de diciembre, hacemos balance de lo sucedido.

En el terreno nacional, buenas y malas noticias, como ya es habitual. Después de casi siete años de gobierno popular y recortes, una moción de censura encabezada por Pedro Sánchez desalojó al PP de La Moncloa, iniciándose un periodo de reformas en el que se devuelven derechos sociales perdidos y, con el respaldo de Bruselas, se tiende a la consolidación de la recuperación económica.

Se recuperó la universalidad de la Seguridad Social y se apuntalaron las pensiones, con la vista puesta en la gestación de los Presupuestos Generales del Estado, los más progresistas de la historia de España, que aun esperan su aprobación. Se potenció la Memoria Histórica, y aunque frenada, la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos ha ocupado buena parte de los titulares y el tiempo de los españoles. Al tiempo, se ha iniciado una reforma educativa que espera ver la luz en el próximo año y tratará de recuperar el bien camino de la Educación pública.

Pero hay nubarrones. En este diciembre se ha perdido uno de los bastiones del socialismo, Andalucía, donde, sin haber ganado, gobernará una coalición de derechas en manos del extremismo y el peligro de Vox, que experimentó, y los demás sufrimos, un auge inesperado, espoleado, entre otros, por el independentismo catalán. La incertidumbre se cierne por la emergencia que supone el extremismo reaccionario.

En el terreno internacional se han producido importantes acontecimientos que han empezado a cambiar el panorama, no sabemos si para bien o para mal, para mejor o peor. En Nicaragua, las protestas contra Daniel Ortega, brutalmente reprimidas y con un balance de más de 300 muertos y miles de detenidos. En Cuba, la estirpe de los Castro cede el mando a un sumiso Miguel Díaz-Canel, mientras Nicolás Maduro en Venezuela se empecina en sus reformas, sumiendo al país en una profunda crisis económica y social que ha llevado al mayor éxodo de venezolanos de la historia que huyen de la miseria y la incertidumbre.

En Asia, la situación se tensa y se destensa según el día que tengan Donald Trump y Kim Jong-un, pero la cumbre en Singapur el 12 de junio entre ambos mandatarios hace que un rayo de esperanza renazca. Ahora cabe comprobar si la desnuclearización de la península coreana se lleva a buen termino.

Algo más cerca de España, se logra el fin de una guerra secular entre Etiopía y Eritrea, después de más de dos décadas de enfrentamientos que dejaron 80.000 muertos. El 9 de julio se selló la paz.

El 2 de octubre se comete uno de los más horribles crímenes contra los derechos civiles con el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, en el que, se sospecha, está implicado el príncipe heredero del Reino del Desierto, Mohamed bin Salmán.

De nuevo en América, alrededor de 1.300 personas iniciaron una caravana de migrantes rumbo a Estados Unidos, partiendo de Honduras, atravesando Guatemala y México, y llegando a la frontera del país norteamericano, mientras el presidente estadounidense se empeña en no permitir la entrada de los inmigrantes, separando a familias y con, al menos, dos niños muertos en circunstancias que todavía no se han aclarado.

En Europa, el Brexit no encuentra su sitio y todo parece abocar a que habrá una salida dura si ni Theresa May ni la Unión Europea hallan un acuerdo en tres meses. En Francia, los chalecos amarillos acorralaron y pusieron en jaque a Emmanuel Macron, obligándolo a dar marcha atrás en su propuesta de subir los impuestos a los hidrocarburos.

De vuelta a Asia, Indonesia es golpeada tres veces por la Naturaleza. Si en pleno verano la isla de Lombok se vio sacudida por un terremoto de magnitud 6,4, en septiembre, fue la isla de Célebes la víctima de un seísmo de 7,3 de magnitud en la escala de Richter. Para colmo, el pasado 22 de diciembre el volcán Anak Krakatoa entró en erupción, provocando un corrimiento de tierra en el suelo marino que desembocó en un tsunami imposible de predecir. De momento, se han contabilizado 500 muertos y más de 1.000 heridos.

Pero fue en Asia, también, en concreto en Tailandia, donde la vida se abrió paso y fueron rescatados 12 niños y su entrenador gracias a su tenacidad y a la cooperación internacional que reaccionó como un bloque, dando una lección de solidaridad y entrega que debería permanecer en nuestras retinas por mucho tiempo. Con esa esperanza, y esa enseñanza, despedimos desde Diario Progresista este 2018 y deseamos a todos nuestros lectores, amigos, un feliz y próspero 2019. ¡Feliz Año Nuevo!

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