Este sábado, Franz Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea, ha anunciado un acuerdo para que Alemania levante el veto a la ley de vehículos sin CO2.
Una norma por la que a partir de 2035 sólo se podrán comercializar en la Unión Europea coches que no emitan CO2.
Lo ha hecho en su cuenta de Twitter: “Hemos llegado a un acuerdo con Alemania sobre el uso futuro de los electrocombustibles en los coches”.
Ahora, según trasladó, el Ejecutivo comunitario trabajará para “lograr que se adopte el reglamento de estándares de CO2 para automóviles lo antes posible”.
De este modo, el reglamento de estos estándares para los vehículos sin CO2 se incluirá en la agenda de la reunión de los embajadores ante la UE del lunes.
Se persigue que la norma se adopte el martes en el encuentro de los ministros de Energía de los Veintisiete en Bruselas.
Y es que la Comisión había planteado la posibilidad de encajar los combustibles sintéticos en el marco de estas negociaciones.
Unas conversaciones orientadas a prohibir la comercialización en el territorio del bloque comunitario vehículos de combustión, a partir de 2035.
Sin embargo, las negociaciones no avanzaban debido al veto alemán ya que el Gobierno germano quería incluir los carburantes sintéticos en el acuerdo.
La norma pretende que sólo vehículos sin CO2 se vendan en la UE, lo que excluye los de gasolina, gasóleo e híbridos.
Pero las conversaciones se aplazaron sin nueva fecha por las dudas que Alemania e Italia mostraron en el último momento. Algo que ponía en riesgo la adopción de la ley.
La idea del Ejecutivo comunitario es adoptar ya esta norma que forma parte del paquete climático para reducir en un 55%, respecto a 1990, las emisiones contaminantes para 2030.
Comercializar sólo vehículos sin CO2 no excluye motores de combustión
Así, las medidas se aprobaron en el Pleno del Parlamento Europeo en febrero. En cambio, Alemania mostró sus reticencias a nivel de embajadores.
En cualquier caso, advierte Timmermans, el encaje de los combustibles sintéticos sólo se desarrollará cuando se desbloquee el acuerdo base adoptado por los Veintisiete.
Con todo, el acuerdo no excluye los motores de combustión, ya que no habla de tecnología de motorización.
Sin embargo, su desarrollo tecnológico hace pensar que las mejores soluciones pasan por los motores eléctricos o las pilas de hidrógeno.
Lo que sí incluía el pacto original era una actualización de la norma en 2026 respecto a los combustibles sintéticos o ‘efuels’.
Estos son teóricamente climáticamente neutros, puesto que sólo emiten CO2 previamente capturado. Por tanto, permitirían, en principio, continuar comercializando vehículos con motores de combustión.
En cambio, a ese respecto, la Eurocámara se ha mostrado inflexible en cuanto a la posibilidad de modificar el texto legal acordado.
Sostiene que acabaría con el espíritu de la norma, pero también cuestionaría la credibilidad del proceso legislativo.
Pero Berlín también se ha mostrado duro y, con su veto, todo queda paralizado. Además, empezó a recibir los respaldos de países como Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, Italia, Polonia y República Checa.
Al lado contrario, ante las maniobras germanas, países, como España, han mostrado su desconcierto.
Con todo, Bruselas sostuvo que no se iba a tocar la norma, aunque abrió la puerta a algún tipo de declaración que desbloqueara la cuestión. Y parece que así ha sido.