A punto de fallecer por una inflamación pulmonar provocada por un edredón de plumas

A punto de fallecer por una inflamación pulmonar provocada por un edredón de plumas

Las plumas puede que no sean la mejor opción para dejar de pasar frío. A una persona casi le cuesta la vida utilizar un edredón de plumas, ya que le provocó una inflamación pulmonar.

Recordemos el final de un cuento de Horacio Quiroga: “Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca. Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre”… Pero, a veces, la realidad supera la ficción, sobre todo la historia que relatamos a continuación.

Un escocés de 43 años decidió, debido al frío que estamos sufriendo estos meses, cambiar su edredón sintético por otro de plumas de ganso, que le protegía mejor del frío. Pero aquello terminó siendo un gran error.

Cuando llevaba dos meses usando el edredón de plumas de ganso, empezó a sentir una gran fatiga y mucha dificultad al respirar, en su vida cotidiana, sin necesidad de esfuerzo. Su fatiga llegó a tal punto que se pasaba la mayor parte del día durmiendo, causa por la que fue despedido de su trabajo tras acumular varias ausencias.

Su situación fue empeorando, por lo que decidió acudir a un médico, en la provincia de Aberdeen. Una vez fue preguntado por sus hábitos de vida y tras someterse a diversas analíticas y radiografías, los médicos determinaron que su cuerpo estaba desarrollando una alergia extrema al polvo de las plumas de ave.

Se le diagnosticó neumonitis por hipersensibilidad, lo que significa, inflamación severa de los pulmones como consecuencia de una respuesta inmune exagerada del cuerpo que habían provocado las plumas del edredón.

El hombre contó, en un informe publicado por el BMJ Case Reports, que “dos meses después del inicio de los síntomas, no podía estar de pie o caminar durante más de unos minutos a la vez sin sentir que me iba a desmayar”.

Por suerte, su dolencia fue atendida a tiempo, y tras recibir un tratamiento con esteroides y volver a utilizar el edredón sintético, volvió a recuperar su salud.

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