25 de abril: Saudade de República

Aida Dos Santos

Por Aida Dos Santos.
En Portugal, el 25 de abril de 1974 no se dedicaron a buscar un rey para llamar monarquía parlamentaria a un sistema que diese cabida a los trasnochados del régimen.
Ser una república no es garantía de éxito, ni Portugal ha sido el paradigma de la izquierda europea hasta estos últimos años, en los que ser la única nación con los comunistas apoyando al gobierno central socialista le ha convertido en la excepción a los gobiernos liberales y xenófobos del resto del club de los 28.
Con un socialista al frente, Portugal crece por primera vez en su historia por encima de la media comunitaria. La izquierda solo lidera siete países de los 28, y en demasiados hay gobiernos xenófobos y cuasifascistas.
Costa llegó para convencer a sus conciudadanos portugueses y a los europeos. Han quedado atrás los años del gobierno de la geringonaça y del populismo. Demuestra que se puede escuchar a la Troika y a los prestadores de la Unión Europea, pero hacer las cosas de otra manera.
Lo principal fue pararse a evaluar lo que une a la izquierda, en España todavía se recrimina entre los progresistas quien se retiró antes de la Guerra Civil, por lo que hay motivos para envidiar a los dirigentes, y a las gentes, de la izquierda lusa.
La tasa de desempleo en Portugal con las recetas liberales europeas alcanzó el 16,2% en 2013, aunque la mayoría de la clase trabajadora en activo cobraba el salario mínimo, con la subida de un 25% para cuatro años el desempleo ha bajado hasta el 8,9%, al mismo tiempo que se han descongelado los sueldos del personal funcionario, se han devuelto los días de vacaciones e instaurado la jornada laboral de 35 horas. Mientras en España los pensionistas han tomado las calles por la pérdida de poder adquisitivo que sufren sus transferencias, en Portugal han subido las pensiones.
Son incontables las veces que hemos visto en la hemoroteca el reproche de Rajoy a Zapatero en 2010: “subir el IVA es un sablazo del mal gobernante”, en impuestos también da lecciones la Hacienda lusa: en la restauración y hostelería ha bajado del 23% al 13%.
Nada hubiese sido posible sin el esfuerzo de portuguesas y portugueses, que nunca se creyeron ricos, ni portaron banderas en la muñeca, ni pusieron en sus balcones la bandera nacional para enfrentarse a las inquietudes nacionalistas de ninguna de sus regiones.
Su bandera, entre otras, es subir la inversión sanitaria, la gratuidad de los libros de texto, la educación pública, las empresas públicas y el impuesto de patrimonio.
Cuando la deuda alcanza el 130% del PIB y existe un 20% de la población en riesgo de pobreza no hay motivos para el titubeo, y en Portugal han apostado por rescatar a las personas y no hacer ni de prisa, ni corriendo, la recapitalización bancaria. Entidades financieras, ahorro e inversión, en su mayoría de capital y presidencia española, por lo que crecen a la sombra de los balances de cuentas que no cuadran, de preferentes y de salidas a bolsa en quiebra, pero arrojan luz sobre lo que verdaderamente importa. Se trabaja en que los bancos den cobertura a las empresas y se cree empleo a través de la iniciativa emprendedora, en lugar de rescatar bancos para mantener consejos de administración.
Aquí es muy importante hacer una revisión crítica de para qué se acude al crédito aquí, y para que se acude al crédito allí. Pedir un crédito para una vivienda modesta o para montar una pequeña empresa, conlleva menos riesgo de impago que solicitar un crédito para irse de crucero. Básicamente, en Portugal se tiene conciencia de la clase social a la que se pertenece.
Es fundamental para entender que ha pasado en la península ibérica durante los últimos 10 años comprobar sus ciclos electorales. Cuando llegaron los tiempos de los recortes en España los hizo un gobierno socialista, mientras que allí un socialista se negó a hacer recortes y puso su cargo a disposición de sus conciudadanos, que decidieron que los recortes los hiciera la derecha. El ciclo electoral es muy importante en una crisis de la economía y las finanzas del primer mundo que no se puede atajar desde la gestión regional ni nacional. Estos últimos años de crecimiento europeo están siendo gestionados por la izquierda porque el calendario electoral y la voluntad de la izquierda permitió un cambio de gobierno.
En Portugal también hay muchas de horas de sol y muchos chiringuitos de playa, pero en lugar de apostar la recuperación económica en el sector turístico y convertirse en el ejemplo de masificación costera, han sabido diversificar su crecimiento económico. El sector automovilístico creció el 16%, los servicios tecnológicos un 14%, la maquinaria un 10% y el agrícola un 20%. Mientas que el mito de las toallas portuguesas ha propiciado cifras récord en el sector textil.
Aquí es fundamental la exportación, han comprendido que no hay nada más rentable que producir lo que otros países compran.
Portugal siempre se supo pobre, ahora solo falta empoderar la recuperación para que no solo sea salir de la crisis, sino consolidar el crecimiento y que crecer sea una tendencia año tras año. La izquierda portuguesa no ha tenido complejos en superar obstáculos porque no se la culpa de una guerra ni de querer romper el país. Entre los partidos de izquierda han sabido encontrar lo que les une: rescatar personas y crear bienestar para el conjunto de población.
Cada día estoy más orgullosa de haber nacido en una república, la República Portuguesa, que nunca lo hemos tenido fácil y hemo sobrevivido a la miseria y a una dictadura.
Debería mirarse más desde España hacia Portugal, donde dimos lecciones en la transición y en memoria histórica, y ahora hemos sabido salir de la crisis con una izquierda más unida y una redistribución más justa.
Personalmente destaco dos factores clave: es una República y saben que la socialdemocracia está a la derecha y el socialismo a la izquierda.

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